La globalización, entendida como un proceso de creciente integración a nivel mundial, constituye uno de los fenómenos más significativos y con mayor capacidad de transformación de nuestro entorno en las últimas décadas. Este proceso de integración ha hecho que cada vez más desaparezcan las fronteras nacionales a todos los niveles: económico, social, político, cultural, en el campo de la información y el conocimiento, ambiental…
El impacto de la globalización se ha extendido aún más con la llamada cuarta revolución industrial. La innovación tecnológica y sus efectos van a determinar nuestro futuro próximo a nivel global. Y las competencias y aprendizajes necesarios poder responder de manera innovadora y sostenible a los desafíos que nos plantea este mundo global también se estan transformando.
A principios del siglo XIX, durante la revolución industrial, la expansión del uso de las máquinas de hilar y tejer redujo el trabajo de los obreros, lo que generó un movimiento de resistencia (ludismo). Sin embargo, el proceso de industrialización permitió crear nuevos empleos, que fueron cubiertos a través de la formación profesional y especializada de los trabajadores.
De forma análoga, esta cuarta revolución industrial que vivimos actualmente, caracterizada por la robótica, la inteligencia artificial y el internet de las cosas, amenaza de nuevo al empleo contemporáneo. Y de nuevo, abre las puertas a la creación de nuevos negocios, empleos y profesiones. La naturaleza del trabajo, en todas las disciplinas, ya se está transformando y las organizaciones empiezan a reclamar otros perfiles profesionales, con un conocimiento más transversal y capaz de adaptarse a los vertiginosos cambios del sector.
Como dijo Peter Drucker: “el saber es hoy el único recurso significativo’. En esta edición del Quorum, abrimos el debate sobre los retos y desafíos que la globalización y la llamada cuarta revolución industrial representa para los diferentes sectores profesionales y disciplinas académicas.