11 El talento multidisciplinar

14.06.2017

Llamadme Bowie

Oriol Costa

En 1965 el músico David Robert Jones decidió que le llamaran David Bowie. Pero tal y como cuenta la leyenda el cambio de nombre no fue fácil.  En realidad, si se bautizó artísticamente con un apodo que no fuera el suyo fue porque en los teatros de Londres estaba despuntando un nuevo artista musical, Davy Jones (futuro cantante de The Monkees). “Nadie más que tu tiene que hacer dinero con lo que hagas” se cuenta que le dijo su mánager del momento para convencerlo. Esa fue su primera decisión estratégica. Se reconocía a él mismo como una marca.

David Robert Jones pensó en Dave Jay, también en Alexis Jay y a la postre se decantó por Tom Jones. La idea sólo aguantó unas semanas. Precisamente, en ese momento, el Tom Jones que todos nosotros conocemos (cuyo nombre era en realidad Thomas John Woodward) se le adelantó publicando el famoso single It’s not unusual. David Robert Jones tenía que pensar en algo mejor.

Ya fuera como homenaje a un protagonista de la batalla de El Álamo o por el nombre de un último cuchillo de fabricación americana que homenajeaba al mismo personaje, finalmente Jones decidió llamarse Bowie para su vida artística. Y en ese momento seminal nació la que sería una de las marcas más reconocidas de la música popular de los últimos 50 años. Él mismo encontró el naming para uno de los artistas más icónicos de nuestra era pop.

Contó el cantante que “Bowie” le funcionaba como una especie de “medium for a conglomerate of statements and ilusions”.  Con ellas jugó con todos nosotros durante tantos y tantos años… Porqué Bowie fue Bowie, pero también la suma de los caracteres que él mismo superpuso uno encima de otro, álbum tras álbum: Ziggy Stardust, Major Tom, el Duque Blanco o Aladdin Sane son probablemente una de las razones por las que nunca nos cansaremos de él… No es de extrañar que se le conozca como el artista camaleónico. Un “ventrílocuo” lo definió el filósofo Simon Critchley. O un genio sagaz que supo extender hábilmente, a la manera de Philip Kotler, la línea de productos de su categoría: con nuevos tamaños de envase, nuevos ingredientes, nuevos sabores…

Aunque los guidelines para el look and feel de su marca sean infinitos, sus valores, sólidos y auténticos, le acompañarán siempre: reinvención, disrupción, libertad, mezcla, cambio… Todo ello ya lo significaba un LP suyo debajo del brazo en los años 70, una entrada para el concierto del Estadio Olímpico de Barcelona en los 90 o el share de su foto en el Facebook de hoy en día… Porque Bowie fue un tipo eternamente di-fe-ren-te. Uno de los grandes influencers de nuestro tiempo.

Oriol Costa

Oriol Costa

Profesor del Máster en Estrategia y Gestión Creativa de la Marca

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