01.06.2013

Generosidad

Carme Martinell

En Japón, de las diez canciones más escuchadas en 2010, siete se crearon con Vocaloid, un sintetizador de música creado por el grupo de investigación en sonido de la UPF. Gracias a las donaciones individuales a algunas universidades americanas, se puede prestar servicio a los antiguos alumnos. La potencia procesadora más alta alcanzada hasta ahora ha sido la de la suma de la potencia de miles de ordenadores en la red mundialmente.

El rasgo en común de todos estos proyectos ha sido la aportación individual y sumatoria de muchas personas que, por sí mismas, por sí solas, no hubieran logrado ningún resultado. Son individuos que no esperan nada a cambio, cuyo objetivo es simplemente aportar. Los generadores de contenidos de la Wikipedia, los usuarios que cuelgan sus creaciones musicales en la red, los que ponen parte de su capital en un proyecto o los que comparten CPU ya han entendido que la generosidad es parte esencial del crecimiento y el desarrollo. La generosidad es también un rasgo diferencial de la ciencia, porque busca aportaciones de valor para la sociedad sin retorno o al menos no inmediato. Desgraciadamente, en nuestro entorno próximo no estamos acostumbrados a valorar la generosidad como parte de nuestra responsabilidad. Queremos disfrutar de lo que otros aportan, pero nos cuesta dar. En Estados Unidos o Japón lo entendieron hace tiempo. Generosidad indica bidireccionalidad. La unidireccionalidad ya ha dejado de tener sentido si queremos hacer crecer la sociedad del siglo XXI.

Carme Martinell

Carme Martinell

Directora general de la Fundación Instituto de Educación Continua

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